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 Al establecer las causas del sufrimiento, al investigar y comprender mediante nuestra propia experiencia como el aferramiento propio y el apego a nuestros deseos nos conduce una y otra vez al mismo lugar, es como podemos empezar a revertir nuestros patrones de conducta, es como podemos empezar a cultivar nuestra mente y cambiar el modo en que percibimos las cosas.

 En la tercera noble verdad Buda nos dice que el cese del sufrimiento es posible, que la base de sufrimiento esta conformado por visiones erróneas, de allí deriva el aferramiento y la aversión. 
 "Thana" ese torrente de sed y de insatisfacción que nos abruma constantemente, puede ser trascendido mediante la comprensión de la realidad y el desarrollo de nuestro potencial y nuestras virtudes.

 Una de las principales causas del apego, es la falta de aceptación que tenemos sobre la realidad, por mas que sabemos que los seres nacen y mueren, que las personas se juntan y se separan, que las experiencias surgen y cesan, nos aferramos al mundo como si nunca fuera a perecer. Teóricamente pensamos que es verdad, que todo lo que surge debe cesar, pero en lo cotidiano hemos formado hábitos profundos que nos hacen actuar de modo contrario, luchando y resistiendo ante el cambio.


 La impermanencia no es algo que solamente deba ser reflexionado y analizado, es una realidad de la que debemos vivir conscientes y actuar acorde a ella. Si construimos relaciones personales, laborales y familiares separados de la impermanencia, el cambio nos va a disgustar, nos va desconcertar y por ende nos hará sufrir. Si construimos nuestro contexto social y personal sin entender la realidad, no hay manera de ser felices, no podemos vivir separados de las leyes naturales que gobiernan la existencia. 

 Aquí hay un punto sumamente importante que aclarar, generalmente cuando escuchamos hablar de que todo es impermanente, muchas personas no le encuentran sentido a nada, y creen que como todo perece nada merece suficiente importancia y así como no se ocupan por lo que es beneficioso, tampoco se ocupan de lo que es insano. Pero eso no es cierto, es precisamente porque existe la impermanencia que nuestros hábitos negativos pueden ser transformados, es precisamente gracias al cambio que las estaciones permiten la vida, que el día y la noche dan lugar a los ciclos naturales de la tierra. Si no fuera por el cambio seríamos personas "malas" o "buenas" por defecto, vendríamos condicionados y limitados a lo que somos cuando nacemos. Pensar de ese modo es absurdo. Por lo tanto, es precisamente que existe el cambio lo que nos brinda la responsabilidad y la oportunidad de conducir nuestra existencia por direcciones que sean de beneficio para todos o direcciones que sigan generando mas sufrimiento. 

 También es importante comprender la interdependencia. Estos dos conceptos están ligados, son como la cara de una misma moneda, es precisamente porque existe el cambio que la interdependencia es posible, es precisamente porque existe la interdependencia que el cambio es posible. Todo lo que hacemos en esta existencia, todas nuestras acciones, ya sean físicas, verbales o mentales, tienen un impacto, incluso las acciones personales que nadie ve, generan un impacto en nuestro entorno. 
 Esta es otra gran causa de sufrimiento que alimenta el aferramientos propio, vernos como alguien fijo, individual, separado de los demás, ajenos a lo que pasa afuera en el mundo. La indiferencia es uno de los peores venenos para la humanidad. Nuestra felicidad depende en gran medida de la felicidad de los demás, aunque tengamos todo lo que nos guste, todo lo que queramos, si los seres que nos rodean no son felices, no nos sentiremos bien. A su vez, nuestro crecimiento desde que somos bebes, ha dependido enteramente de los cuidados y la entrega de otros seres de manera directa e indirecta. Si las personas que nos atendieron durante toda la vida, que nos proporcionaron recursos y necesidades básicas, hubieran sufrido al punto de no poder ayudarnos, no estaríamos aquí. 

 De la impermanencia y la interdependencia podemos entender mejor el karma, como nuestras acciones definen la realidad que vivimos y construyen el mundo que hoy día conocemos. Si nuestras acciones están destinadas a fines personales y solo pensamos en nosotros mismos y en lo que solo nosotros necesitamos para estar bien, tarde o temprano nos encontraremos con limitaciones, con los intereses de otros seres, con el egoísmo de otras personas, y nos daremos cuenta que acumular para uno mismo no conduce a ningún lado virtuoso.

 Por lo tanto, el sufrimiento solo es posible si nuestras acciones no concuerdan con la realidad, cuando proyectamos felicidad fuera, cuando nos desconectamos de los demás seres, cuando anteponemos el placer sensorial por encima del cultivo espiritual, la falta de consciencia sobre la vida mas allá de la supervivencia cotidiana nos deja encerrados en un callejón sin salida. Pero observar la realidad, volver a tomar consciencia de esta perspectiva, integrarla en nuestras acciones diarias, comenzar a caminar conectados con la impermanencia, con la interdependencia, con el karma que generamos, nos permite armonizar nuestra vida con la naturaleza, nos permite armonizar nuestra vida con la de todos los seres sensibles, nos aleja del apego, nos aleja de la ignorancia y las visiones erróneas. 

 No obstante, como bien mencionamos anteriormente, solamente reflexionar no es suficiente y es por eso que Buda establece la cuarta noble verdad, el noble octuple sendero como medio para salir del sufrimiento como lo veremos en la próxima nota. 

 Hasta entonces les invitamos a investigar, indagar, explorar estos tres aspectos que mencionamos aquí, contemplando la impermanencia, la interdependencia, el karma, como nuestra desconexión con estos aspectos nos ha conducido a incontables sufrimientos, y como actuar conscientemente de ello, puede permitirnos transformar nuestra vida. 

 Que podamos vivir cada día mas despiertos de lo que vivimos ayer, que cada paso sea una semilla para el cultivo de la mente. 

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