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 El aprendizaje tiene tres pilares importantes y un practicante de Dharma, debe aprender a equilibrar cada uno de ellos para poder extraer el mayor beneficio posible de cada enseñanza.
  
 ESTUDIO

 El estudio esta relacionado con adquirir conocimiento, con adquirir nuevas perspectivas, nuevos puntos de vista. Pero no es adquirir mero conocimiento, sino herramientas que nos permitan comenzar a transformar nuestra mente paso a paso.
 Algunas personas pueden considerar que no es necesario estudiar, que con practicar es suficiente ¿Pero que es lo que van a practicar si no pueden retener lo que es verdaderamente importante? 
 
 En la época de Buda los monjes recitaban verbalmente las enseñanzas para memorizarlas y aprenderlas, es gracias a este modo de transmisión que las enseñanzas perduraron hasta el día de hoy. Pasaron muchos años hasta que las enseñanzas se comenzaron a plasmar en papel, y muchas ramas budistas aún mantienen esta transmisión oral de maestro a discípulo. 

 Imagine que cada vez que usted se encuentra en una situación difícil, deba pedir que lo esperen para ir a buscar sus apuntes y refrescar que enseñanza debe aplicar en esa ocasión. Esto no sería muy efectivo.
 Almacenar las enseñanzas es hacer de nosotros un hogar para el Dharma, en el momento de tener que abordar las experiencias cotidianas ya tenemos el conocimiento necesario para ponernos a trabajar.
 Esto se vuelve mas importante aún cuando contemplamos el caso de nuestra mente confundida, ya que muchas de las enseñanzas pueden resultar un tanto ajenas al principio y algo difícil de integrar.

 Entonces podemos coincidir en que este primer pilar, nos permite familiarizarnos y almacenar el Dharma en nuestro interior. 
 
 La preparación mental antes de estudiar es algo sumamente importante, dado que si nuestra mente anda distraída será muy poco lo que pueda retener. Se dice que de lo que escuchamos y leemos solo entre un 10% y un 15% queda almacenado. Cuando lo contemplamos y reflexionamos sobre ello, un 30% o 40% y cuando lo compartimos y lo transmitimos entre un 60% y 70%, el resto se afianza con la práctica. Así que, si ayudamos a nuestra mente previo al aprendizaje podremos mejorar este rendimiento.

 Lo primero es comprender que las enseñanzas budistas son como un néctar o una medicina, ya que nos permite erradicar nuestra ignorancia y cultivar nuestra mente, esta contemplación nos permite valorar y generar un respeto genuino hacia el Dharma. 
 Siempre que estemos por leer o escuchar una enseñanza, podemos generar una motivación positiva que nos permita mantener nuestra atención y mejorar la retención de lo que escuchamos. Generalmente contemplamos de este modo o con frases similares: "Ahora que estoy por recibir estas preciadas enseñanzas, pueda mi mente ser un recipiente sano y puro para guardarlas en lo mas profundo de mi corazón", "Que pueda yo extraer el significado real de estas enseñanzas, guardarlas y cultivarlas para el beneficio de todos los seres".

 Los grandes maestros nos dicen que nuestra mente es como un recipiente, si uno esta distraído es como un recipiente con agujeros, todo lo que escuchemos saldrá por el orificio y nada quedará.
 Si el recipiente está dado vuelta no podemos agregar nada, esto equivale a que nuestra mente no esté abierta, se cierre a sus propias ideas y conceptos, si uno esta cerrado, no importa cuanto leamos no le daremos la suficiente importancia. 

 Si el recipiente esta sucio, lo que entré se contaminará, esto equivale a sostener percepciones equivocadas sobre el Dharma o las enseñanzas, si dejamos que la mente perturbada distorsione el Dharma, juzgando las enseñanzas, juzgando el modo en que el maestro lo transmite, entonces tampoco tendremos espacio para el aprendizaje. 

Por lo tanto nuestra mente debe estar abierta y ser flexible. 

CONTEMPLACIÓN

 La contemplación es el segundo pilar del aprendizaje, se trata de contemplar, reflexionar y analizar lo que estamos obteniendo, no quedarnos simplemente con lo que escuchamos porque proviene de sabios o suena bonito para nuestros oídos. 
 Los Budas y los practicantes no pueden transformar nuestra mente, pueden darnos pistas, guías, consejos, apoyo, pero como al principio las enseñanzas no son una parte inamovible de nuestras acciones, el simple hecho de memorizar no hace que penetre profundamente en nuestra consciencia.
 
 La contemplación es una manera de practicar, nos da una dinámica mas amplia de aprendizaje. Diariamente podemos tomar determinada enseñanza y dedicar un momento a reflexionar sobre su significado y llevarla con nosotros la mayor parte del tiempo posible. Este tipo de práctica permite que nuestra mente se empiece a familiarizar con estados virtuosos, por ejemplo, reflexionando sobre el preciado valor de la existencia humana, generamos aprecio por las condiciones y oportunidades que tenemos y aumenta nuestro entusiasmo por la práctica espiritual. Contemplar la impermanencia nos permite reducir nuestro aferramiento propio y nuestro apego hacia los objetos, las personas y las experiencias.
 
 Si tomamos de ejemplo el uso de una caja fuerte, el estudio esta relacionado con integrar contenido dentro de la caja, la contemplación esta relacionada con el cierre de la caja y designar una clave que no debemos olvidar para poder utilizarla, y la práctica esta relacionada con la utilización de la caja frecuentemente para no olvidar su clave y utilizar las valiosas joyas que hemos guardado dentro. 

PRACTICA

 Cuando hemos reflexionado y contemplado la enseñanza, tenemos que observar como podemos aplicarlo en nuestra vida cotidiana y tomar el compromiso de practicarlo y cultivarlo. La contemplación puede permitirnos adoptar nuevas perspectivas y generar estados virtuosos, pero aún sigue sin ser algo propio de nuestro ser. Para que sea parte de nuestra propia naturaleza es importante que las enseñanzas sean parte de nuestras acciones físicas, verbales y mentales. Si hablamos de paz, debemos practicar la paz con nosotros mismos y con el mundo, si hablamos de paciencia, debemos practicar la paciencia con nosotros mismos y con el mundo. La práctica es el sello dentro del ciclo de aprendizaje, la perfección de la sabiduría, solo puede ser realizada con los tres pilares, no uno ni dos, sino los tres, tiene que ser algo gradual, los tres pilares se sostienen entre sí. Esto nos lleva a comprender que el aprendizaje no es algo lineal y mecanizado, por eso requiere perseverancia y paciencia, algunos temas son mas fáciles de entender que otros y poco a poco podremos ir avanzando en profundidad. 

 Cada enseñanza de Dharma tiene tres significados, uno aparente y externo, uno interno y otro oculto. Siempre debemos penetrar al significado oculto para producir una transformación completa. Es como quien ve un cuerpo entero por fuera, órganos por dentro e imperceptibles partículas ocultas. El aprendizaje, la contemplación y la práctica nos permite ir accediendo gradualmente a esos tres niveles, allí nos daremos cuenta la profundidad del budismo y el increíble valor de sus enseñanzas

 

 Los invito a reflexionar sobre este tema, a contemplarlo durante los siguientes días, durante la semana. 
 Los invito a investigar que pilar esta mas desatendido, que pilar requiere ser fortalecido y a nutrirlos cada día unos minutos. 
 Lo bueno de los procesos mentales es que siempre disponemos de algo de tiempo para la reflexión y la contemplación, de camino al trabajo, en espera mientras hacemos la cola en el supermercado. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de comenzar a administrar su tiempo y su energía para abrirse ante este nuevo camino. 


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