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Karma, impermanencia, interdependencia y ausencia de un yo inherente, estos son los cuatro sellos que definen todas las enseñanzas legadas por Buda. Podríamos decir que si sus enseñanzas no se ajustan a estos cuatro aspectos, entonces difícilmente sea una enseñanza de Buda. A su vez, el Venerable enseñó que todo el sufrimiento proviene de los tres venenos mentales: aversión, apego y confusión. La confusión a la que Buda se refería era a la ignorancia de estas cuatro características de la existencia. 

 En esta nota haremos una síntesis relacionando cada uno de los cuatro sellos.

 

 En primer lugar es importante aclarar que los cuatro sellos no son aspectos separados, no se contradicen entre sí, sino que cada uno de estos aspectos forma parte del resto, mantienen una relación intrínseca.
 Otro punto es que estos aspectos son universales, son experimentados por todos los seres, no depende de la religión, de la cultura o de ideologías individuales.

 Al alejarnos de la comprensión de los cuatro sellos, al ignorar estas cuatro realidades, es como la mente se pierde en falsas percepciones y actúa corrompido por el apego, la aversión y la confusión. Son por lo tanto, cuatro realidades que se convierten en una práctica constante para quienes cultivan las enseñanzas budistas, para quienes se comprometen con el cultivo de la mente.

 Vamos a imaginar por un momento una perla brillante que cae en el fondo de un océano y queda invisible ante los ojos humanos, por algas, barro, la misma oscuridad de la profundidad del océano. Cuanto mas nos acercamos a esta perla, vamos poco a poco descubriendo su brillo, su pureza y reconocemos tal perla. Con estas enseñanzas ocurren lo mismo, representan cuatro grandes perlas brillantes, son valiosas en sí mismas porque nos permiten erradicar nuestra ignorancia y salir de sufrimiento, por eso las comparo aquí con una perla brillante. Pero también este ejemplo sirve para destacar que estas enseñanzas tienen muchos niveles de profundidad, la realidad puede manifestarse de muchas maneras acorde a nuestro nivel de consciencia, puede ser muy burdo y solo ver algas, barro y oscuridad, o puede ser refinada hasta detectar el auténtico valor de cada enseñanza.

 Por lo tanto, los cuatro sellos tienen diferentes niveles de comprensión, al principio podemos darnos una idea, tratar de conceptualizarlo, entenderlo, estudiarlo, pero solo a medida que lo integremos en nuestra propia experiencia podremos acceder de forma genuina al significado que entrañan estas enseñanzas. Por eso, es que son una practica constante, una contemplación diaria para familiarizar la mente con estas realidades y comenzar a transformar nuestra visión distorsionada de la vida.

KARMA


 De comprender el karma deriva la atención en nuestras acciones, el ejercicio de una conducta noble. La mente que alberga visiones equivocadas, cae bajo estados de aflicción, estados de apego, estados de aversión y de confusión, bajo estos estados el ser humano pierde la noción de lo que es beneficioso y de lo que es perjudicial, y aún aunque lo comprenda racionalmente, sus emociones movidas por esos estados de aflicción, terminan impulsando a las personas a cometer acciones que le dañan y dañan a los demás.

 El karma es como una gran red, un gran entretejido en el que intervienen muchos factores, intenciones, estados mentales, emociones, acciones de los tres tipos: físicas, verbales y mentales. Para la mente corriente es imposible imaginar la complejidad de tal entretejido, es por eso que es mas simple pensar que hay una especie de destino detrás de nuestras vidas que va tejiendo todo el entramado de nuestra vida. Es como observar el cuerpo, a simple vista, solo detectamos rasgos generales, cabeza, piernas, manos, ojos, oídos etc, pero si utilizamos instrumentos que nos permitan investigar cada facultad del cuerpo descubriremos todo un mundo de elementos mas pequeños. De la misma manera, si observamos el entretejido de nuestras acciones, nos damos cuenta que todo es acción, que todo es movimiento, cada acción y cada movimiento se conecta entre sí y genera un resultado determinado, resultado que a la vez se va conectando otros procesos kármicos, con otras acciones, con otros movimientos, con otros resultados y así sucesivamente hasta llegar a la acción presente de este momento.

 Nadie puede negar el karma solamente por no percibirlo a simple vista, vemos que todo es causas y condiciones, que todas las acciones tienen un impacto. El impacto de nuestras acciones puede ser perjudicial para nuestro desarrollo y el de la vida en general, puede ser beneficioso o puede ser neutral dependiendo de las intenciones que originan nuestras acciones. Por ejemplo, si nuestra intención es ser de beneficio para otros, podemos ayudar a alguien, y se produce un resultado de gratificación, de plenitud, de dicha. Si nuestra intención es movida por la aversión y surge desde el enfado y la irritación, podemos hacer sentir mal a los demás. Pero la mayoría de nuestras acciones durante la  gran parte de nuestra vida, son en su mayoría neutras, actuamos de manera automática movido por hábitos y procesos ya formados, y cuyo resultado varía enormemente, según las condiciones.

 Por lo tanto, lo mas importante del karma en esta síntesis es que nos permita observar e investigar desde que punto iniciamos nuestras acciones, que efecto generamos con ellas, nos motiva a reconocer los errores del pasado, a perdonar nuestro pasado movido por la confusión, a establecer una mayor coherencia y determinación con nuestras acciones presentes, y a generar mejores condiciones para el futuro.

 El mayor motivo por el cual el karma nos confunde es porque, no podemos conectar siempre la acción con su correspondiente resultado, ya que como dijimos antes, depende de muchos factores, el karma no es lineal, y así como las acciones son físicas, verbales y mentales, el impacto también varía entre los tres aspectos. Pero si podemos reconocer el karma en cosas simples, y comprendiendo las limitaciones de nuestra consciencia, debería bastarnos para comprender que el karma es una ley inamovible que debería ser contemplada en todo momento aunque no sepamos exactamente que resultado traerá. Nos permite accionar desde un marco mas altruista y compasivo, abandonando las acciones que producen sufrimiento.

IMPERMANENCIA


 "Todo es impermanente" ¿que quiere decir esto? que la realidad es un proceso de cambio constante, por eso las acciones pueden concretarse, por eso el resultado de las acciones se puede manifestar, porque el surgimiento y el cese de todo proceso da paso a otros nuevos procesos. Así es como se entreteje toda causa y condición, del surgimiento de una semilla nacerá una hermosa flor, pero para ello, debe existir el cese de la semilla como tal.
 La impermanencia también nos enseña todo depende de causas y condiciones y que por lo tanto, el cese del sufrimiento es posible. Si no se generan las causas para el sufrimiento, este no se manifiesta, asi que en este sentido, todo lo que esta sujeto al cambio, esta sujeto a surgir y cesar, todo lo compuesto es impermanente. ¿A que nos referimos con: todo lo compuesto? a que todo lo que depende de algo mas para existir tarde o temprano cesa. Las visiones erróneas, generan aflicciones, generan sufrimiento, si no hay visiones erróneas, si no hay aflicciones, el sufrimiento cesa. Este es el motivo por el cual todos los seres pueden realizar la iluminación, porque no depende de cualidades sobrenaturales no de depende de poderes divinos, sino de nuestras propias acciones.

 Contemplar la impermanencia reduce nuestro apego, el aferramiento propio, ¿como podemos poseer algo? si antes de que sea nuestro ya esta sujeto al surgir y al cesar. ¿Como una persona puede ser nuestra? si antes de que sea nuestra ya esta sujeta al surgir y al cesar. De esta manera cambia nuestra relación con todo lo que experimentamos. Ya no nos volvemos locos por cosas tan irrelevantes, y tampoco nos esforzamos en sostener visiones equivocadas que sabemos que no darán resultados beneficiosos.
 Aquí suele ocurrir un error bastante común, muchas personas suelen pensar que como todo es impermanente nada importa, pero es todo lo contrario, porque todo es frágil y perecedero, es que debemos valorar las condiciones que desarrollan nuestra existencia, para aprovecharla de una manera mas adecuada. Además precisamente como todo esta cambiando, nunca sabemos cuando vamos a experimentar el fruto de acciones previas, y por eso es tan importante cuidar nuestras acciones físicas, verbales y mentales, porque tan pronto cesa una experiencia, surge otra, así continuamente.

INTERDEPENDENCIA


Aquí se hace evidente que si de una acción surge un resultado, hay conexión entre la acción y su maduración, y dado que todo es una acción constante, un movimiento constante, todo es interdependiente, todo esta conectado. No es lo mismo que decir que todo es uno, eso tampoco es del todo cierto, tenemos tanto nuestras diferencias, como nuestras similitudes, hay especies que cooperan entre sí, la naturaleza se mantiene en un perfecto equilibrio gracias a esta ley de interdependencia, no podemos decir que una planta es lo mismo que el agua, pero tampoco podemos descartar que la planta y el agua están íntimamente relacionados. 

 

La interdependencia también nos acerca mas hacia el sentido del altruismo y de la compasión, a comprender que la felicidad de los demás seres también importa y que nuestra vida realmente no sería nada, sin la bondad y la generosidad de otros seres. Por lo cual, nos permite reducir el aferramiento propio, el buscar y pensar en la felicidad de uno nada mas. Todo en este mundo coopera entre sí, y si nos aislamos de esa realidad, entonces tendremos consecuencias de esa misma distorsión.

 A un nivel mas profundo aún, la interdependencia nos muestra la relación entre los estados aflictivos, las acciones y sus resultados. Nos muestra como todos los factores de la mente contribuyen a la percepción de la realidad, y que por lo tanto, puede ser trabajado. Si nuestro sufrimiento estuviera pendiente de la condición humana, no habría manera de trabajarlo y estaríamos ligados a sufrir eternamente, pero debido a que todo es interdependiente podemos trabajar en las causas que originan el sufrimiento.


AUSENCIA DE EXISTENCIA INHERENTE


 En nuestro idioma, no tenemos una sola palabra que pueda definir este concepto, si lo llamamos no-yo, podemos caer en la creencia errónea de que no existimos. Si le decimos vacuidad, corremos el riesgo de pensar que estamos vacíos. 

 Lo que esta enseñanza nos quiere indicar en realidad, es una visión mas allá del pensamiento dualista de existencia y no-existencia. Lo que quiere decir es que en realidad, el "yo" no existe del modo en que lo percibimos comúnmente. Nos vemos como individuos independientes, separados del resto, en base a esta percepción tomamos las experiencias como algo persona. 

 En este sentido, el Buddha fue muy hábil para hablar del sufrimiento, en la primera noble verdad no dice "Yo estoy sufriendo", dice que "hay sufrimiento" no lo personaliza, cuando nos identificamos con las experiencias solemos exagerar sus cualidades, y lo que es un simple desafío, puede llegar a ser un problema existencial. Si en cambio, lo vemos como un conjunto de factores y construcciones mentales que hacen surgir el sufrimiento, entonces ya no se ve tan terrible.  

 

 Cuando se antepone el "yo" por encima de todo, surge el apego y surge la aversión, pero cuando se erradica la visión del "yo" como algo separado del resto, entonces no hay nada a que aferrarse, nada de que escapar, reconocemos la realidad tal como es. 

 Esta enseñanza es el antídoto contra nuestra visión egocéntrica. Donde creemos que hay un yo, solo hay una serie de procesos físicos y mentales que cambian constantemente, la parte humana que mas nos acerca a la experiencia de un "yo" es la consciencia, que reconoce, que identifica, que construye la experiencia como algo persona, pero la consciencia por sí misma no es el "Yo", solo es un proceso mas de la mente. 

 

 Es como el ejemplo de un auto, el "auto" tal como lo conocemos, es una construcción mental, lo único que hay ahí es una serie de piezas y partes que encajadas nos dan la percepción de un "auto", pero eso en realidad es una construcción mental, si le quitamos el motor el auto ya no anda, si le quitamos las ruedas, no sería un auto. Si hacemos lo mismo con nosotros y empezamos a desarmar al ser humano, nos daremos cuenta que no hay un "yo" solo un conjunto de piezas y de partes físicas y mentales que encajadas nos dan la experiencia de un individuo.

 

 En las relaciones suelo escuchar mucho que dicen: "el cambió, no era así conmigo", pero ¿Que no cambia? no hay un "yo" mas allá de nuestra percepción, todo son meras construcciones para definir ciertas características de la existencia de esa persona, pero en realidad solo hay cambio. 

 Esto no quiere decir que no hay manera de sostener un desarrollo espiritual, podríamos suponer que si no hay un "yo", no hay sentido en cultivar la mente. Pero es precisamente por este motivo que podemos pasar de un estado a otro, que la mente puede pasar de ser pura a ser impura, porque tomamos las experiencias como propias, tomamos todo lo que pasa mediante los sentidos como "yo" y "mío" esto hace que la existencia sea tan insatisfactoria. 

 

A lo largo de todas las enseñanzas que iremos viendo, estaremos profundizando en los cuatro sellos y dando herramientas mas refinadas para investigar esta realidad dentro y fuera de nosotros mismos. Con estos cuatro sellos, ya podemos identificar correctamente cuando se trata de una enseñanza acorde al Buddha y cuando no, si se habla de una esencia absoluta, un alma, un espíritu, algo que este por encima de todo, entonces no se corresponde al sello de la ausencia de existencia inherente. Si creemos que hay algo en esta existencia que dure para siempre, entonces no se corresponde al sello de la impermanencia. Si se nos dice que no hay acciones buenas y malas, entonces no es acorde al sello del karma. De esta manera podemos comparar cuando nos desviamos del Dharma y cuando nos acercamos al Dharma, y este mismo modo de reflexionar nos sirve para nuestras experiencias cotidianas, cuando estamos actuando separados de estos cuatro sellos, para regresar a una visión mas objetiva de la realidad.

 La sabiduría es como una piedra de oro cuanto mas se va escarbando hacia su centro mas puro se vuelve. Del mismo modo, cuanto mas cultivamos el Dharma, mas se perfecciona la sabiduría y por lo tanto menos sufrimiento surge.
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