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"Ésta, oh monjes, es la Noble Verdad del Origen del Sufrimiento. Es el deseo que produce nuevos renacimientos, que acompañado con placer y pasión encuentra siempre nuevo deleite, ahora aquí, ahora allí. Es decir, el deseo por los placeres sensuales, el deseo por la existencia y el deseo por la no-existencia".

 La segunda noble verdad que Buda enseñó nos dice que el origen del sufrimiento es "Tanha", comúnmente lo traducimos como deseo, pero también puede traducirse como "sed". El ser humano está siempre aferrándose al deseo, siempre queriendo mas de lo que tiene, siempre queriendo que las cosas sean de otro modo y para sí mismo. 
 Esto puede llevarnos a mal interpretar que el deseo por si solo es malo, y no todo deseo es malo, uno puede generar un deseo genuino de realizar la iluminación para el beneficio de todos los seres y eso puede ser muy beneficioso. Entonces el Budha aclaró los tres aspectos del deseo que llevan al sufrimiento: 

Kama Tanha (Deseo sensual): Este tipo de deseo hace referencia a la búsqueda de placeres mundanos, placeres a través de los sentidos. ¿Por que esto conduce al sufrimiento? porque los placeres sensoriales son impermanentes, son imposibles de satisfacer, siempre uno está en la búsqueda de experimentar esto y aquello, la mente se agita en esa búsqueda incesante, la visión se vuelve estrecha ya que solo aspira al placer personal sin tener en cuenta el daño que hacemos a los demás con nuestras propias acciones. 

Bhava Tanha (Deseo por la existencia): El deseo por la existencia es algo que nos inculcan desde pequeños: "Debo llegar a ser" "Debo obtener" "Debo convertirme en". Nuestra vida esta repleta de expectativas exageradas sobre la realidad de quienes somos, pareciera que todo lo que necesitamos para ser felices y estar mejor siempre esta fuera de nosotros, no basta con haber nacido, hay algo mas en esta existencia que nos va a proporcionar la cura a todos nuestros problemas, pero para ello, debemos cargarnos la vida de títulos, jerarquías, pensamientos de grandeza, debemos ser otra cosa de lo que eramos para estar bien y ser realmente felices. Este es el deseo por la existencia, también puede incluir los placeres sensoriales, porque estos tienen que ver solo con esta existencia presente, y creemos que si sentimos ese placer aquí en esta vida, nuestro sufrimiento acabará definitivamente. 

Vibhava Tanha (Deseo por la no existencia): Aquí nos encontramos con el opuesto del aspecto mencionado anteriormente, creemos que la felicidad esta mas allá de esta vida, asi que el mejor resultado es la muerte, la no existencia, dejar este cuerpo, dejar de existir, convertirnos en la nada. Muchas personas creen erroneamente que si uno ser humano realiza la iluminación y rompe con el ciclo de existencias pasa a una especie de no existencia, así es como funciona la visión dualista. Pero aca no estamos hablando de existencia o no existencia, estas direcciones no conducen al cese del sufrimiento, por lo tanto buscar la aniquilación de uno mismo tampoco es un método adecuado. 

A su vez cuando Budha expone los siete tipos de sufrimiento menciona:

 1-El nacimiento es sufrimiento

 2- La vejez es sufrimiento

 3- La enfermedad es sufrimiento
 4- La muerte es sufrimiento 
 5- Asociarse con lo indeseable es sufrimiento
 6- Separarse de lo deseable es sufrimiento
 7- No obtener lo deseable es sufrimiento

 Los siente tipos de sufrimientos expuestos en la primera noble verdad, expresa mas ampliamente las manifestaciones de nuestro aferramiento. 
 Al hablar de que el nacimiento es sufrimiento, se refiere a que el nacimiento establece las condiciones de la existencia, sin nacimiento no habría experiencia alguna de sufrimiento, desde el momento en que nacemos, deberemos experimentar la enfermedad, la vejez y la muerte. 
 Si lo observamos detenidamente, el verdadero problema es el aferramiento propio, el modo en que nos percibimos a nosotros, porque si comprendiéramos profundamente que la naturaleza humana es impermanente, no nos aferraríamos a la juventud, a la salud, a vivir lo mas posible, no estaríamos aferrados realmente a seguir existiendo infinitamente, ni tampoco nos dolería cuando las personas que queremos se alejan o se marchan, cuando las cosas no salen como queremos. 

 El aferramiento al deseo es algo que debemos observar diariamente, es algo en lo que debemos trabajar desde nuestra propia experiencia. Muchas veces nos convencemos de que estamos libres de apego, de que finalmente amamos al ser que siempre quisimos sin apego, que tenemos el empleo ideal sin apego, que buscamos placeres sin apego. Pero cuando todo esto cambia, nos sacude, nos desorienta, produce insatisfacción, produce emociones negativas y nos hace sufrir.

 Por lo tanto nuestra postura frente a Tanha es de vigilancia, de alerta, de contemplar como surge el deseo en nosotros y como nos aferramos a ello, que tanto podemos vivir bien sin estar en la búsqueda constante, que tan conforme podemos estar con menos y que tanto esa búsqueda se debe a querer tapar un vació interno.

 Una buena manera de verificar que nuestros deseos sean auténticos, es cuando no solo buscan la gratificación o el beneficio personal, sino cuando esta ligado al beneficio de todos los seres, de esa manera realmente podemos notar que nuestros deseos son genuinos y puros, y cuando solo llevaran al cese y al surgimiento de mas y mas deseos. 
 No basta con pensar este deseo es bueno, este deseo es malo, no basta con pensar estoy aferrado a... necesitamos reflexionar, investigar este deseo, ver si realmente nos conduce a una situación beneficiosa para los demás y para nosotros, o solamente deriva en algo trivial. 

 A medida que nos entrenamos de esta manera, podemos empezar a encontrar lo insustancial de nuestro apego a los deseos, de como agita nuestra mente, y como nos impide conectar realmente con el presente y conectar con el gozo de las condiciones que ya están presentes y que no dependen de si tenemos fuera o no. 
 Muchas personas tienen intenciones muy nobles con sus deseos, quiero esto y haré lo otro, y luego esto y aquello, pero pocos deseos se concretan en una realidad productiva. Debemos aprender a escoger que deseos realmente son necesarios, que deseos son insanos. Y aprender a equilibrar nuestras acciones. 

 El problema no es tener o no tener, ser o no ser, hacer o no hacer, el problema es creernos que la trama que generamos en torno a ello es real, duradera y sustancial, que aporta verdadera felicidad y conduce al cese del sufrimiento. De esta manera con un correcto discernimiento podemos abandonar la constante insatisfacción que nos abruma.  

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