Desde la visión budista, para que el desarrollo espiritual sea auténtico y completo debe contar con las cuatro fases de perfeccionamiento:
-Perfeccionamiento en la disciplina
-Perfeccionamiento en el estudio
-Perfeccionamiento en la contemplación
-Perfeccionamiento en la meditación
El practicante de Dharma nunca debe olvidar y abandonar las cuatro fases del desarrollo espiritual. Cada una de estas etapas permiten el cese de las acciones negativas que generan karma insano, el cese de las aflicciones y las perturbaciones de la mente, el incremento de virtud, mérito y sabiduría, y la purificación completa de la mente.
Con la disciplina, generamos el cese de las acciones perjudiciales y acumulamos mérito y virtud.
Con el estudio, integramos un recto entendimiento sobre cada enseñanza y su aplicación.
Con contemplación, integramos una correcta visión de la realidad y por ende cultivamos sabiduría.
Con meditación, generamos el cese de los estados perturbadores, perfeccionamos nuestra sabiduría al unirla con la experiencia directa en meditación y, fortalecemos nuestras virtudes, como el altruismo, la ecuanimidad y demás perfecciones.
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Excelente