Imagina que desde tu nacimiento, el sol ha sido cubierto por un eclipse permanente. Podemos percibir que el sol está ahí oculto, podemos imaginarnos que el sol yace detrás, radiante y ardiente, pero no somos capaces de experimentarlo directamente.
De la misma manera, a medida que vamos creciendo, nuestra mente ha sido tapada por un eclipse, ha quedado velada por los oscurecimientos y los engaños mentales, esto se ha vuelto tan natural en nosotros, que nos parece como si la mente fuera turbia y desequilibrada por naturaleza.
Aunque nos digamos que la naturaleza de la mente es clara y apacible tanto como la del sol es arder, no tenemos una experiencia directa que nos permita comprenderlo profundamente y por eso, tendemos a seguir actuando bajo nuestros engaños y nuestras perturbaciones mentales.
Pero si meditas sobre ello, si te abocas a la práctica del cultivo mental y vas poco a poco debilitando dichos engaños, disipando los velos de la mente, fortaleciendo su pureza innata, entonces una nueva realidad se manifiesta y la comprensión sobre la mente se vuelve una experiencia transformadora y revitalizadora.
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Gracias por la reflexión. Cuando a través de la meditación se agudiza la atención consciente, se hace obvio como el ego trata de sabotear constantemente la mente,llegado a este punto ya no tiene donde esconderse y poco a poco sus caretas se van debilitando.